miércoles, 17 de febrero de 2010

Táctica y Estrategia: Mario Benedetti.

Benedetti y su proceso de obtención

Philippa zu Knyphausen


Si tu táctica es mirarla, observa lo que miras y pon en orden lo que observas. Primero cómo lo hace, qué hace primero, qué hace después. Así aprenderás quien es, y la querrás como es. Táctica es preparar. Preparar cómo conversarás lo que conversarás para formar el indestructible puente, ese que prepara el terreno del cruce imparable. Si tu táctica es quedarte en su recuerdo, prepara su memoria e insértate en ella; quédate en ella. Si es ser franco y transparente, prepara el telón y desármalo ante sus ojos desnudos. Tu táctica es el comienzo, la preparación. Pero tu estrategia, en cambio, es el proceso para conseguirlo; la médula espinal del propósito: tenerla.

Benedetti, eres tú. Tu objetivo está claro, es fijo. ¿Se puede tener táctica sin objetivo? ¿Se puede tener estrategia sin objetivo? No. ¿Cómo delimitar un camino, si la locación final está confusa, por entre las nubladas ramas del gran árbol de las posibilidades? No hay estrategia sin propósito. La diferencia entre táctica y estrategia se hace notable a medida que avanzamos. Táctica, de acuerdo con Benedetti, es buscar y observar el objetivo de forma cautiva. Aprender de todo lo que gira en torno a éste y buscar respuestas a las interrogantes principales. Estrategia, en cambio, es, una vez encontradas las respuestas y observado el objetivo, crear el plan de movimiento. Recorrer el camino sabiamente, sin reparar en lo fútil y sin sentido, y lograr lo que se quiere obtener.

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